Hace tiempo que se viene hablando de los jardines verticales como una nueva tendencia en jardinería. Sin embargo no son muchos los que se realizan y son contados los que podemos disfrutar a nivel público en nuestras ciudades. El motivo no es otro que son pocas las empresas que son capaces de ofrecer este tipo de ajardinamiento con una mínima garantía de durabilidad. Porque hacer jardines verticales no es poner plantas en una pared, es hacer que vivan en ella, y eso es bastante complicado.
Un jardín vertical sólo tiene dos factores determinantes para su existencia: un soporte para las plantas y un sistema de riego. Si el soporte no es orgánico necesitaría además un sistema de abonado. Conseguido esto, conseguido todo. Si consiguiéramos un sistema de riego eficaz para nuestras macetas en una pared también tendríamos un jardín vertical… Y esto que parece tan sencillo es a la vez lo más complicado porque luego vienen las limitaciones indirectas: que no se moje la pared sobre la que se asienta, que el sistema de riego sea eficaz, que la pared aguante el peso de la estructura, que las plantas tengan un crecimiento sostenido…
La jardinería vertical no es una moda, es una oportunidad y como tal hay que entenderla. Es una nueva forma de ver la jardinería con todas las ventajas de la jardinería concentradas en un pequeño espacio. Una especie de jardinería intensiva. Una oportunidad de ver cientos de plantas distintas que se habían perdido por falta de ventas para los jardines tradicionales. Una oportunidad para acercar al ciudadano al medio ambiente mediante la contemplación cercana de las plantas. Una oportunidad para cubrir las paredes soleadas y refrescar los edificios de forma natural. Una oportunidad de nuevos empleos, nuevos cultivos, nuevas ciudades verdes.
Surgió como moda y se ha visto que esta moda puede aportar muchos beneficios al ciudadano. Los evidentes y los no tan evidentes. Poco a poco, los oportunistas irán siendo desplazados por los eficaces y la jardinería vertical será una oportunidad para volver a ver la naturaleza dentro de nuestras ciudades.