En el invierno el jardín parece dormido, el frío y posiblemente el hielo parece congelarlo todo. Sólo las plantas perennes, con un verde apagado, parecen matizar el gris dominante.
Sin embargo, en mitad de este paisaje acromático llegan las Reinas del Invierno. Las hemos denominado así porque son esas flores que ahora, y a pesar del frío, muestran todo su colorido, alegrando todos y cada uno de los rincones de nuestro jardín.
Entre todas las plantas que florecen en estos meses de invierno hemos destacado cuatro: los pensamientos (Viola tricolor), las begonias de invierno (Bergenia crassifolia), las prímulas (Primula veris) y las azaleas (Rhododendron spp).
Conozcámoslas un poco más:
- Los pensamientos: plantas anuales que empiezan a florecer a finales del otoño y están todo el invierno floreciendo. Sus flores originales son de color amarillo, rojo, azul y blanco con sus diversas tonalidades, incluso dentro de la misma flor. Aguantan perfectamente el frío, aunque las heladas continuas dejan las plantas algo lacias. Son bastante resistentes, aunque hay que tener precaución a tres de las plagas más comunes: los pulgones, la araña roja y los caracoles. Estas plagas empiezan a atacar en cuanto suben las temperaturas, o sea, a partir de finales de febrero, por lo que hay que estar prevenidos.
- Las begonias de invierno: plantas vivaces que durante todo el año pasan sin pena ni gloria en los arriates, con unas hojas grandes verdes. Sin embargo, al llegar el invierno, surgen del centro de la planta dos pequeñas varas floridas con innumerables flores rosadas que durarán prácticamente todo el invierno. La plaga más común son los caracoles.
- Las prímulas o primaveras: plantas vivaces que al igual que las begonias de invierno tienen unas hojas verdes claro formando una roseta, de la que a partir de enero surgen unos tallos con unas flores que van desde el amarillo al rojo, incluso en la misma flor. Entre las plagas más dañinas están los caracoles y los topillos.
- Las azaleas: arbustillos perennes algo delicados en climas muy fríos ya que ralentizan la floración. Sin embargo, a finales de invierno se cubren de flores pareciendo incluso que carecen de hojas. Para conseguir este efecto de floración exuberante es necesario mantener la planta bien abonada durante todo el año, sobre todo ahora que está a punto de florecer.