El propósito de la poda de árboles es tenerlos fuertes y sanos. Productivos el caso de que sean frutales y de porte adecuado y seguros en caso de que sean ornamentales. Esta meta se puede alcanzar sabiendo cómo, cuándo y por qué podar.
La poda tiene varios fines. Es necesaria para facilitar que el aire circule libremente entre sus ramas para evitar o disminuir el asentamiento de plagas y enfermedades. Para ello se eliminan los tallos que se inclinen hacia el interior, las ramas viejas y enfermas, las más débiles y retorcidas.
La época ideal para podar es en invierno, cuando las plantas se encuentran en período de reposo. En las plantas de hojas caducas, al estar las ramas y órganos bien formados, podemos observar mejor su estructura y decidir qué interesa cortar.
El producto Mástic Lila Balsam ayuda a cicatrizar las heridas y garantiza una recuperación rápida y no traumática de la planta.
Cuándo es el momento de podar
Las coníferas pueden podarse en cualquier época del año, pero la poda en la temporada de reposo –invierno– reduce al mínimo la pérdida de savia y resina por el corte de ramas.
Los árboles de madera dura y arbustos sin flores vistosas, lo mejor es podarlos cuando están en reposo para ver fácilmente la estructura del árbol. Después del corte debe garantizarse el cierre de las heridas en la época de crecimiento aplicando el Mástic Lila Balsam, para reducir el riesgo de enfermedades transmisibles y evitar la pérdida excesiva de savia.
Los árboles y arbustos florales que florecen al inicio de la primavera se deben podar inmediatamente después de florecer.
Muchos árboles florales son susceptibles al hongo Mycosphaerella musicola por necrosis, una enfermedad bacteriana que se puede propagar por la poda. Esos árboles, como muchas variedades de manzano silvestre, espino, serbal, membrillo y piracanto, deben podarse cuando están en reposo. Para prevenir este problema, aplicar Mástic Lila Balsam inmediatamente después de la poda.
Los árboles y arbustos que florecen en verano u otoño siempre deben ser podados en la temporada de reposo. Los botones florales se formarán en las nuevas ramas y las flores se abrirán normalmente.
En los árboles frutales, la poda es fundamental debido a que con esta práctica obtendremos árboles equilibrados, con mejor iluminación, aireación y con una distribución adecuada de la fruta, evitando la tendencia de que ésta se dé en mayor porcentaje en las partes altas.
Con la poda también evitamos un fenómeno conocido como añeros, que consiste en que el árbol nos dé un año mucha producción, aunque de pequeño calibre, y al siguiente no obtengamos prácticamente fruta, repitiéndose este proceso durante la vida del árbol.
En los árboles frutales de hoja caduca, la poda más propicia suele ser en invierno, cuando se encuentra en la época de reposo. Una de las razones es que al no existir hojas y estar ya las ramas y órganos bien formados, podemos observar mejor su estructura y decidir por tanto, qué interesa cortar y qué no.
En muchas especies es también importante la poda en verde, que se efectúa durante la parada estival, entre los meses de julio y agosto. Con esta práctica se pretende debilitarlo o suprimir aquellos brotes que no nos resultan interesantes, a fin de favorecer a los que sí lo son y evitar de esta manera que el árbol gaste sus reservas en ellos.
Hay algunas especies, sobre todo los frutales de hueso como el cerezo o el albaricoquero, que cicatrizan muy mal. En ellas, la poda debe practicarse cuando tienen hojas, después de la recolección, debido a que de este modo como el árbol se encuentra en actividad, garantizamos la cicatrización, empleando el producto Mástic Lila Balsam para cerrar la herida.